Como el diente de león

¡Que más quisiera yo que tener siquiera alguna de sus cualidades!

Pero ya que no, quisiera parecerme al diente de león en que quien le conoce; le valora, le aprecia y le puede utilizar en su beneficio.

Aunque yo no pueda contribuir a la mejora de la salud, ni aportar nutrientes al cuerpo; me propongo, de manera similar a como el diente de león dispersa las cipselas (en mi caso, palabras escritas) con ayuda del viento; (en este mi caso, etéreo, subliminal o virtual); con la ilusión, esperanza y confianza de que sirvan a alguien, en algún momento, para mejorar la salud de su espíritu; ya sea de manera positiva, porque haya encontrado algo que le reconforte; o negativa, reafirmándose en su opinión contraria, lo cual también puede satisfacer.

sábado, 20 de diciembre de 2014

Los poderes ocultos

https://medium.com/@pedroj_ramirez/nosotros-somos-nuestra-patria-cd110fe4eb88

Impecable discurso, maestro. Impecable si todos actuásemos de buena fe. Sin embargo, mientras lo leía, no podía evitar el vuelo del pensamiento e iba poniéndome objeciones.
La esencial ya está dicha. Ya cuando se redactó la Constitución, no todo el mundo actuó de buena fe ¿porqué ante una reforma, todas las partes irían a actuar de buena fe?
Luego, condicionado por mi supina ignorancia, eso si; me decía a mi mismo ¿acaso este discurso no es superficial en tanto en cuanto evidencia lo obvio?
Ud. se manifiesta contrario "a los unos y a los otros". Loable. Es su rol. A él se ha atenido y, lo doy por sentado, así va a seguir siendo. Le honra.
A la par pensaba yo: si para ajustar el equilibrio de poderes sólo interviniesen los conocidos (tanto explícitos, como implícitos) acaso el fiel de la balanza pudiera mantenerse cercano a la vertical. Entonces, la Prensa tendría una gran fuerza. Sería realmente el cuarto poder. Lo malo es que la pervertida Democracia se transforma en Demagogia, que los tres poderes de Montesquieu; aunque no hayan muerto, como afirmó en su momento Alfonso Guerra; si se han devaluado. 
Serían verdaderos poderes si  los Gobiernos no estuviesen condicionados -sometidos- por la dependencia energética, por el posicionamiento geo-estratégico y geo- político, por el auge de los BRICH (sobre todo estos últimos), por el mundo islámico...y por el "becerro de oro".
Si ponemos por encima de los "tres poderes" estos últimos, solamente esos seis bajan a la Prensa al décimo.
Todo dentro de "la buena fe". Ahora, si para adorar al becerro de oro, algunos procuran hacerse de su misma esencia, no pararán mientes en urdir cuantas martingalas consideren oportunas. 
Aquí ya voy con los poderes ocultos. Ud. se manifiesta "contrario a la invasión de Irák". Yo me digo: esto fué en 2003 y la "invasión" de la isla Perejil en 2002. Un caso de menor importancia. Pero que hizo intervenir a EE.UU. como interlocutor de Marruecos. Y me pregunto ¿ a los marroquíes les dio un aire, o fue una maquinación o martingala de algún lobby? 
Si se le hace un feo a un poderoso; este puede actuar, si es cristiano convencido, poniendo "la otra mejilla". Pero ni todo el mundo es cristiano, ni todos los cristianos son tan mansos. Si yo hubiera sido estadounidense poderoso, tipo multimillonario judío, con bancos en mi poder, lobbies a mi servicio y contactos en la Casa Blanca; yo, que me estoy a mis cosas, en mi casa, conforme con las cosas pequeñas que procuran la felicidad; yo, en el otro caso, le hago pagar a Zapatero y a todos los que él representa (todos los españoles) el desaire a mi bandera cuando se quedó sentado a su paso ¿por la Castellana? ¿por el Paseo del Prado? me da igual. ¿todos levantados y tu no? Ya te enterarás y no vas a saber ni quien te ha dado. Son dos ejemplos. ¿La crisis surgió por generación espontánea o pudo haber un poder oculto?
Disculpe, maestro, esta supina ignorancia de que hago gala. Ud. que está mejor formado, mas informado y tiene mas poder que yo, sabrá disculpar mi osadía; pues el perdón hace mas grande a un gran hombre, que ridiculizar a un inferior.
Por lo demás, le transmito mi admiración por su integridad que yo entiendo como la fidelidad a uno mismo.

El abuelito del diente de león

  Taraxacum officinale: 
Receptáculo con todas las cipselas con sus aquenios, picos y vilanos

En mi verdadera patria -la infancia, según Rilke- 
(aunque aceptar esto, suponga; que pasar a la adolescencia, nos convierte en apátridas)
 jugábamos los niños con estas volátiles bolas, cogiéndolas por el tallo, poniéndolas en alto y soplando sobre ellas, para dispersar sus cipselas y verlas volar. A estas bolas las llamábamos abuelitos.