Como el diente de león

¡Que más quisiera yo que tener siquiera alguna de sus cualidades!

Pero ya que no, quisiera parecerme al diente de león en que quien le conoce; le valora, le aprecia y le puede utilizar en su beneficio.

Aunque yo no pueda contribuir a la mejora de la salud, ni aportar nutrientes al cuerpo; me propongo, de manera similar a como el diente de león dispersa las cipselas (en mi caso, palabras escritas) con ayuda del viento; (en este mi caso, etéreo, subliminal o virtual); con la ilusión, esperanza y confianza de que sirvan a alguien, en algún momento, para mejorar la salud de su espíritu; ya sea de manera positiva, porque haya encontrado algo que le reconforte; o negativa, reafirmándose en su opinión contraria, lo cual también puede satisfacer.

lunes, 7 de septiembre de 2015

A la mujer que dejó de ser feminista

En una ciudad española vivían dos amigas. El colegio fue el nexo de unión. Luego, la vida siguió su curso. Mantuvieron la amistad después del colegio incluso cuando por causa del trabajo una de ellas se trasladó a otra ciudad. Se casaron. Ambas habían tenido novio muy jovencitas, pero ambas habían sufrido la decepción del desengaño por traición. Una de ellas encontró otro amor antes de los 30 años. Se enamoró de un hombre algo mas joven que ella, con buenas cualidades, con buen aspecto físico y con una profesión que podría permitirles mantenerse en familia. La otra esperó mas tiempo. Era mas exigente porque disponía de mayores recursos económicos y quería alguien de su entidad. Lo encontró. Se enamoraron y se casaron.
Esta última pareja, entre otras cosas, tenía un barco. Como las mujeres mantenían la amistad, un verano invitó la dueña del barco a su amiga y su marido a realizar un viaje de recreo por la costa levantina.
Se animaron, aceptaron, dejaron sus hijos al cuidado de los abuelos y se fueron una semana de vacaciones en barco. El barco no era descomunal. Era un barco con dos camarotes bastante para las dos parejas.
El marido de la amiga invitada era un hombre que, cuando se amaban, cuando practicaban el coito, lo sentía tan profunda e intensamente, que cuando alcanzaba el orgasmo, liberaba la tensión acumulada soltando el aire de los pulmones con inusitada fogosidad a la vez que manifestaba de viva voz su satisfacción diciendo cortas frases entrecortadas tales como ¡¡¡Dios mio!!! ¡¡¡cómo me has dejado!!! ¡¡¡ha sido el mejor "polvo" de mi vida!!! ¡¡ahhh!! !!ooohhh!! mientras soltaba el resuello.
Al principio, su esposa le tapaba la boca con la mano y le decía, entre satisfecha y asustada, ¡pero calla, que se van a enterar los vecinos de lo que hacemos! y también ¡jo, majo, me asustas. Porque vuelves los ojos como si te fueras a desmayar o morir! Y desde entonces, el marido exageraba adrede, fingiendo un orgasmo aún mas intenso y aún mas duradero.
La segunda noche de estancia en el barco, hicieron el amor. Y como acostumbraban.
Al día siguiente, la dueña del barco habló con su amiga discretamente y se mostró disgustada por lo sucedido durante la noche. No volvieron a hacer el amor en el barco.
Cuando regresaron a la rutina cotidiana, la amiga invitada, escuchó por casualidad un consultorio femenino en la radio. Y se la ocurrió escribir a la consejera contando su experiencia en el barco porque quería saber si la reacción de su marido al alcanzar el orgasmo era normal, aceptable, extraña o que.
La consejera respondió: Su amiga no ha experimentado un momento así en su vida y su marido tampoco. Su amiga no se escandalizó. Su amiga la envidió. Y el consejo que la doy es que vd. se manifieste como es, sola o en pareja; siempre. Porque si su amiga se molesta por su felicidad no merece ser su amiga. Ni tampoco tener un barco.

Y esto viene a cuento, Yael, porque en tu blog mantienes alguna contradicción. Por un lado manifiestas que para hacerte comentarios no nos dirijamos a tí como si fuésemos amigos, ni con un trato personal y directo,teniendo en cuenta que los comentarios deben ir dirigidos al gran público. Por otro lado nos pides que te apoyemos en la causa tal dirigiéndonos a tu e-mail.

Si se tiene en cuenta que estás casada (el matrimonio se realiza, tanto en Derecho Civil como en Derecho Canónico, por el mutuo consentimiento de los contrayentes manifestado libremente) ya que llevas anillo y hablas de tu pareja; se puede entender que estás al corriente de lo que publica tu marido pues vives con él.

Si tu dices en tu blog que tu comida favorita son los bebés, para conservar tu juventud, estando casada, debo entender que no te refieres a los hombres jóvenes que otras mujeres llaman "yogurines" sino a lo que todo el mundo entiende por bebé: un cachorrito humano. Esto me escandaliza y me acongoja. Porque imagino un corderito retozando en el campo vestido con sus guedejas y luego en una cazuela asado al horno. Imagino un lechón con su jeta manchada de la leche recién mamada de su madre recostada en la hierba de la dehesa, bajo una encina o un alcornoque y luego en una cazuela asado al horno. Imagino una cria de humano, mis hijos cuando fueron bebes, mis nietos ahora; y para que te voy a contar; si luego solo lo asocio para comerlo ¿en que hornos?  ¡ya tu sabes! que diría un cubano.

Si tu marido publica fotografías de una pareja en un lecho, practicando cunnilingus, no finjas que lo ignoras. Ni que tu marido se ponga estupendo fingiendo sorpresa por algún comentario descarnado escribiendo en Twitter "es curioso como algunas personas que parecen normales, pueden volverse locas por internet"

Si tu marido te tira a la piscina y lo publicáis. Y tu dices que te quieres vengar y que te enviemos sugerencias, entras en un plano personal y casi íntimo. Lo cual se contradice con lo de "no dirigirse a título personal, sino a todas las personas que lo puedan leer"
Como lo veo yo: Si una mujer está realmente enfadada no pospone la respuesta. Reacciona. Si no ha reaccionado, es porque en su fuero interno está halagada, satisfecha y hasta orgullosa de que su hombre sea un poco pícaro y no un lelo.
¿Seré yo quien fomente la revancha, el resentimiento, la venganza? No. Ni fui, ni he sido, ni soy hippy; pero me vale su lema "haz el amor y no la guerra". Y entre una mujer enamorada y el hombre de quien lo está que mejor venganza que una dulce venganza, tanto mas cuanto que la batalla va a perderla el hombre que va a ser derrotado, agotado, extenuado. ¡El triunfo del amor! Repetido hasta que se rinda y lo manifieste expresamente.
¿Que si te vengas de esa manera, no le quitarás las ganas de repetir lo de tirarte a la piscina? Por supuesto. A buen entendedor, pocas palabras bastan.

Respecto a los problemas del primer mundo y la respuesta obtenida con lo del racismo: No te engañes. El ataque es debido mas al post de la playa del apartheid. Ahí, te pasaste de frenada. No solo con la mujer (con el individuo) sino que generalizaste y extendiste tu valoración a media humanidad o mas.
Aprende o recuerda que no hay nadie tan malo, tan malo, tan malo; que no tenga algo de bueno. Y viceversa.
Respecto a que semitismo y sionismo es lo mismo, ten en cuenta que cuando la izquierda utiliza una frase hecha, un lema, una consigna o una falacia; la tienen muy estudiada. Tanto que procuran tener una puerta trasera para escabullirse. Ellos te podrán decir que se refieren a Semitas en sentido amplio y no estricto de judíos.

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